Una
de las formas para que esa persona llegue a nuestra vida es invocarla con una
oración como ésta:
" Cualquiera que sea mi alma gemela yo la amo, la
respeto y la quiero, que sepa que estoy esperándola".
La fuerza del corazón, que es el amor
La
manera más sencilla de llamarla es por medio del corazón durante la noche, que
es cuando las energías están mas tranquilas.
En
ese momento debemos tratar de relajarnos, con ropa que sea cómoda y ponernos en
algún lugar de la casa donde nos sintamos mejor.
Podemos
sentarnos o acostarnos y empezar a hablar con Dios o con algo en el universo
con lo que sintamos afinidad, y al evocar esa energía vamos a atraer imágenes
de cosas que nos relacionen con el ser que hayamos llamado.
Al
principio no es tan fácil, porque en este tipo de ejercicios siempre hay muchas
interferencias, pero se debe tratar con fuerza.
Se
pueden evocar todas las imágenes que nos den amor, con lo que se activa este
sentimiento dentro de nosotros. Después se pide a ese amor que viaje hasta el
ser que tiene nuestra misma esencia.
En ese momento nos quedamos en paz, tratando de no pensar,
dejando que corran todas las imágenes que nos lleguen. Entonces hablaremos con
nuestro ser interno para decirle que queremos que fluya esa energía a donde
pertenece.
Durante ese tiempo esa energía se va a trasportar al lugar
en el que tiene que estar y de esa forma se activa el amor de la otra persona,
y esté haciendo lo que sea sale su energía también y se une con la tuya.
Nuestro ser interno, que ya activamos, ya está trabajando
en que nos comuniquen y nos digamos lo que deseemos, aun cuando de forma
consciente no se perciba nada.
Es en este momento cuando los dos espíritus ya están
programando un encuentro físico tan pronto como sea posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario